Harari predice la evolución hacia el Homo Deus
Texto por: Sara Pons
Yuval Noah Harari, el prestigioso autor de Sapiens: De animales a dioses nos sorprende con su segunda obra Homo Deus: Breve historia del mañana después del gran éxito de su anterior publicación, que contó con la recomendación de personajes tan célebres y poderosos como Barack Obama, Mark Zuckerberg o Bill Gates.
El historiador israelí, más allá de intentar predecir el futuro en esta obra nos invita a reflexionar sobre los acontecimientos que suceden en nuestro día a día. Observar como nuestro entorno está cambiando y como los mayores problemas de la humanidad (guerra, hambre y peste) se han extinguido. Esta gran victoria para los humanos no es otra cosa sino el principio de un nuevo reto que afrontar: un nuevo problema al que hacer frente. Para el autor, este problema no es otro que la muerte. Sí, la muerte. Cree que el objetivo del ser humano una vez conseguida la cura del cáncer o el Alzheimer será vencer a la muerte.
Pero la “cura” para la mortalidad solo estará al alcance de unos pocos: los ricos. Esto mismo ha pasado en anteriores avances como las nuevas tecnologías que se han instaurado en nuestro día a día. Por ejemplo, los teléfonos móviles o el ordenador. Al principio estos dispositivos solo eran asequibles para una minoría de la población y actualmente hay un 105% de población española con móvil. Hay más móviles que población, cosa que indica que a medida que la tecnología avanzaba la multitud iba siendo más capaz de adquirirlos. ¿Pasará lo mismo con la inmortalidad?
Si algo tenemos claro es que la lectura nos invita a reflexionar sobre cómo será la sociedad en el futuro. Una sociedad donde el poder se concentre en unos pocos y donde el tiempo de estos sea eterno o sobrepase las leyes naturales actuales.
En ese momento la sociedad se dividirá en dos especies donde estarán la multitud humana que no habrá podido adquirir esta nueva condición y seguirán perteneciendo al Homo Sapiens y, por otro lado, estarán los Homo Deus, aquellos que, gracias a su riqueza, puedan ser inmortales.
Este avance, que nos parece tan lejano y fuera de las leyes naturales puede que no sea tan abstracto y surrealista, ya que los multimillonarios ya han empezado a congelarse esperando la cura para su enfermedad y descongelarse (lo cual aún no se sabe si será posible) cuando está esté garantizada. Así que si observamos y reflexionamos con detenimiento lo que en principio parecía una película de ciencia ficción puede que no sea tan lejano.
Harari, al establecer esta distinción entre habitantes nos advierte sobre el peligro de la misma al ver que aquellos que sigan con la condición de Homo Sapiens dejarán de ser de utilidad para la nueva especia de Homo Deus (hombre dios). Bajo este punto de vista, nos planteamos como sería la vida de aquellos a los que la muerte les siga afectando, ya que para el gran poder del Homo Deus no sería conveniente la igualdad por la que se ha luchado y se sigue luchando hoy en día. Esta igualdad que perseguimos sería inviable para el mantenimiento de su control.
El libro del israelí, al igual que La lógica oculta de la vida de Tim Harford nos abre las puertas a la reflexión y al planteamiento de una sociedad basada en hipótesis diferentes a las que solemos plantearnos. Una sociedad que se rige por las leyes de la economía y donde las luchas más intensas que vivimos pasen a ser meras exigencias de aquellos que creen en un mundo mejor. Un futuro donde más allá de gobiernos y de democracia pasen a haber poderosos que controlen el mundo y cuya aliada sea la tecnología.
Una tecnología que ahora alabamos y en la que confiamos, una tecnología que nos facilita la vida y sigue evolucionando a pasos agigantados para conseguir todavía más progresos pero que nos conduce hacia la dependencia total, hacia la falta absoluta de libertad aun cuando creamos que más libres somos.
Y, volviendo a hacer referencia al economista Harford y la lógica humana de la que nos habla en La Lógica oculta de la vida, las decisiones se basan en los principios más elementales de la economía, donde el ser humano se mueve por avaricia y cuyos intereses solo van en aumento para conseguir un fin. Los poderosos Homo Deus lucharan por mantener la hegemonía mundial, por mantener su poder y aumentarlo, por su bien, porque es aquello que más les conviene y porque, al fin y al cabo, ellos serán la especie más evolucionada. Al igual que pasó con los Nerandertales, ¿terminara el Homo Deus con el Homo Sapiens?